En un rincón del Parque San Carlos, específicamente en el predio del Jardín Botánico, se encuentra el Centro de Equinoterapia Municipal «Pucará», una institución que ha experimentado una notable evolución. Esta transformación se ha consolidado gracias a las políticas inclusivas y sociales promovidas.

La equinoterapia, una disciplina que aprovecha la conexión emocional con los caballos para ayudar a personas con dificultades en la adaptación social, es la piedra angular de este proyecto. En colaboración con profesionales, el centro se dedica a potenciar el desarrollo cognitivo, físico, emocional, social y ocupacional de las personas con discapacidad, contribuyendo significativamente a mejorar su calidad de vida y su integración en la comunidad.

Laura Arrizabalaga, coordinadora del Centro de Equinoterapia, destacó el trabajo conjunto con la Secretaría de Salud, dirigida por Marcelo Primitivo, en busca de la integración, rehabilitación y fortalecimiento de los lazos de sociabilidad. Además, enfatizó la importancia de la autorización médica y el Certificado Único de Discapacidad (CUD) para participar en las sesiones de equinoterapia, que tienen una duración de 30 minutos. Actualmente, el centro atiende a 45 inscritos de diversas edades.

La coordinadora también subrayó que una vez que los pacientes ingresan al sistema, se les asigna un turno para participar en las actividades, que pueden ser solicitados en el PROMAR o en el propio Centro de Equinoterapia. Los objetivos del centro incluyen no solo la rehabilitación, sino también la recreación y el esparcimiento, con el firme propósito de lograr una plena integración en la comunidad.

¿Cómo funciona la equinoterapia?

La equinoterapia se basa en el aprovechamiento de los movimientos del caballo para obtener respuestas deseadas en personas con discapacidad, que pueden estar sentadas de diversas maneras sobre el caballo. El caballo proporciona un soporte dinámico que permite a la persona coordinar y controlar sus movimientos, contribuyendo al desarrollo del equilibrio y las reacciones posturales.

Además de los beneficios físicos, la equinoterapia ofrece diversión, placer y alegría a los participantes, lo que ayuda a abordar problemas de aprendizaje y adaptación. Estimula la motivación, mejora la atención y concentración, y potencia los sentidos táctiles, visuales, auditivos y olfativos. La interacción con el caballo, aprovechando su movimiento tridimensional, proporciona estímulos complementarios a las terapias tradicionales.

Un trabajo en conjunto con el Centro de Recuperación Ecuestre

El municipio también ha emprendido una política de cuidado animal en colaboración con el Centro de Cuidados Ecuestres Municipal, que se dedica a la recuperación de caballos maltratados. Estos equinos, en su mayoría, son entregados en adopción al Centro de Equinoterapia Municipal o a personas con terrenos en localidades de Entre Ríos, así como a instituciones intermedias con fines nobles.

María de los Ángeles Petit, coordinadora de Asuntos Estratégicos, destacó el compromiso del Estado en la protección y los derechos de los animales, al trabajar en conjunto con organizaciones como el Centro de Equinoterapia. La inversión en infraestructura y profesionales por parte del municipio ha permitido que esta iniciativa sea un éxito.

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